LOCAL

Rocha Moya se reúne con Laura Velázquez, Coordinadora Nacional de Protección Civil

*Prioridad que Sinaloa cuente con un Atlas de Riesgo actualizado; Ante la cercanía del inicio de la temporada de huracanes, revisan los probables refugios a donde puedan ser ubicados damnificados

El gobernador Rubén Rocha Moya sostuvo una reunión de trabajo con la coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez Alzúa, donde se abordaron diferentes aspectos relacionados con la protección de la población, como la necesidad de que todos los municipios cuenten con un Atlas de Riesgos, y ante la cercanía del inicio de la temporada de huracanes, que es de mayo a noviembre, la previsión de refugios a donde puedan ser trasladados los damnificados.

El gobernador Rocha estuvo acompañado por el secretario general de Gobierno, Enrique Inzunza Cázarez; por el secretario de Obras Públicas, José Luis Zavala Cabanillas; y por el director del Instituto Estatal de Protección Civil, Héctor Modesto Félix Carrillo, mientras que la coordinadora de PC, Laura Velázquez, asistió con sus principales colaboradores.

Uno de los puntos que se trataron fue la necesidad de que Sinaloa cuente con un Atlas de Riesgo del cual carece, y para ello, es necesario que los 18 municipios cuenten con esta herramienta, pues 12 municipios ya tienen uno, pero sólo Culiacán, Mazatlán y Guasave lo tienen actualizado al 2020, mientras que en los restantes nueve municipios están desactualizados, pues su elaboración fue en el 2011 en la mayoría de los casos y otro en el 2014 y 2015.

En contraparte, son seis los municipios que carecen de un Atlas de Riesgo, los cuales son El Fuerte, Choix, Mocorito, Badiraguato, Cosalá y Concordia, y por ello se exhortará a los presidentes municipales a elaborar esta herramienta.

Por parte del Instituto Estatal de Protección Civil, su director, Félix Carrillo, afirmó que se encuentran listos con una serie de refugios temporales en coordinación con los tres niveles de gobierno para hacer frente a la temporada de huracanes 2022.

Se trata de lugares propicios para la concentración de personas, como escuelas o gimnasios, donde las personas damnificadas por estos fenómenos meteorológicos puedan resguardarse temporalmente y recibir alimento.