Nadie quiere un Sinaloa dormido, todos quieren a un Sinaloa jóven: Mario Zamora
Aquí viene Mario Zamora con la sonrisa alta y la confianza por delante. Va por el bulevar Madero, saliendo del Conversatorio organizado por el periódico El Debate.
“Nadie quiere un Sinaloa dormido”, dice el próximo gobernador del estado ante reporteros que lo abordan sobre la banqueta. “Contrastan los dos proyectos que hay para Sinaloa. Uno que se queda dormido, que tiene soluciones del pasado, que tiene frases huecas. La gente quiere un Sinaloa joven, con energía, pasión, con soluciones de siglo XXI; alegre, con dinamismo”.
Allá pasó Rubén, enjuto y en silencio. La frase hueca y el argumento enmohecido. Subió a la Tahoe blanca de un millón y medio de pesos. Adelante tenía la otra Tahoe tinta de otro millón y medio. Tres millones de lujos para quien habla de austeridad y gobierno para los pobres.
Aquí Mario Zamora habla de las y los sinaloenses, que son mucha pieza para los perversos. “Y vamos a ganar bien ganado”. Aquí se oye ¡Mario gobernador! ¡Mario gobernador! ¡Mario gobernador!”
Del foro de El Debate se recuerda que al hombre enjuto le refirieron en su cara:
“Quiero recordarte, estimado Rubén, que quien trabajó en ese PRI viejo y cobró cada quincena fuiste tú, Rubén, que no se te olvide, fuiste tú el que trabajó en ese PRI viejo y en ese PRI viejo te quedaste. No sé por qué lo dices con tanto coraje, tantas quincenas que te pagó y tan bien que te trató”.
También le soltaron en su cara el tráfico de influencias que operó para beneficiar a la constructora de sus hijos.
Van dos botones de muestra: “tus hijos, Rubén, cuando eras alto funcionario público de gobiernos priístas obtuvieron contratos de manera directa en sus constructoras; la segunda, tu yerno cuando tú trabajabas en el ISSSTE convenciste al director, que también era tu amigo en gobiernos priístas, para que contratara a tu yerno… pero resulta que tu yerno sí tiene más de 200 millones en observaciones en la Auditoría Superior de la Federación”.
Y un tercer botón: “Conapesca contrató a un sobrino tuyo, sí, a un sobrino tuyo como director general de infraestructura y éste adjudicó de manera directa a una compañía veracruzana en cuatro contratos, 68 millones de pesos. Dicho sea de paso, como conocen bien tus gustos, otra camioneta Tahoe último modelo que traes en tu campaña, esta compañía fue la que te entregó esa camioneta, que por cierto cuando uno revisa las placas están registradas en el domicilio particular de tu sobrino. Esa es la diferencia de los dichos y los hechos”.
También al hombre enjuto le refirieron la perversidad: “Por cierto, Rubén, el día que nos vimos cuando estuvo Loret de Mola me dijiste: salúdame a tu familia y que tú ibas a investigar, que no tenías nada que ver con las Fake News y con las cosas que han estado diciendo de mi mujer. Aquí te entrego esta foto, es de tu equipo de campaña, Luis Alfonso García Canales y Raúl Lozano Cárdenas, son los que han hecho esas páginas y han continuado con ellas. Aquí está, son los que hicieron esas páginas y son de tu equipo cercano, operan desde la biblioteca de la UAS, por cierto. Tú habías dicho que nunca más iban a usar recursos técnicos, ni financieros, ni de la gente para campañas políticas. Te dejo la información, ojalá hagas algo, Rubén, o a lo mejor es una mentira más de las tuyas. Sigues queriendo hablar de mi mujer, aquí estoy yo presente, Rubén, ojalá te animes”.
Allá Rubén se fue, se fue, se fue… Y ni la perversidad lo despertó.
Aquí Mario Zamora habla fuerte y claro: “Yo digo las cosas de frente. Yo no soy cobarde”.